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Fue una de las heroínas más reverenciadas en los primeros tiempos de la Iglesia. La liturgia de Oriente la calificaba de "protomártir de las mujeres" y la tributó culto similar al de los Apóstoles".
Según la leyenda, era muy culta y por ello quedo su recuerdo prendido al del Apóstol Pablo. Ante su decisión de no contraer matrimonio, denunciada por su mismo pretendiente. Condenada a la hoguera y a las fieras, no murió en ninguno de los suplicios por especial protección divina.
También tuvo el nombre de Tecla (Santa) la primera religiosa benedictina que San Bonifacio llamó de Inglaterra para iniciar la vida religiosa entre los germano y a la que puso como Abadesa, la cual a su vez fundó diversos monasterios dependiente de Fulda.
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